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Nikolis

El triángulo de las Bermudas en Isabela de Sagua

Todo aquel que haya visitado la pintoresca localidad de Isabela de Sagua, al norte de la provincia de Villa Clara, en el centro de Cuba, entenderá si le decimos que se trata un paraje de ensueño. A pesar de la destrucción y el inexorable paso de los años, este pueblito ubicado a tres horas de viaje de La Habana, sigue cautivando al visitante.

Y entre esos tantos tesoros que guarda el antiguo puerto pesquero, se encuentran sus barcos fantasma, aunque de manera especial es conocido uno. Con su enorme silueta de óxido el buque griego Nikolis, sigue generando interrogantes y sorpresas entre todos los que lo admiran desde tierra firme.

En 1876, algunas décadas después de la apertura al tráfico internacional desde el puerto de la Villa del Undoso llegó a tener anclados en sus muelles de manera permanente una treintena de barcos, algo impensado por quienes la habitan hoy o quienes llegan hasta allí para descubrir el lugar. Ese significativo número hizo que fueran muchas las historias fantasmagóricas o sencillamente interesantes asociadas a los buques.

Tal vez la palabra fantasma no es la más adecuada para llamar al Nikolis, pues su maltratada estructura tiene una presencia bien material para los sagüeros, y puede observárse desde la costa, mucho mejor en esos días despejados y cuando las aguas se mantienen tranquilas. Sin embargo, su historia es verdaderamente de leyenda. ¿Desde cuándo Isabela se convirtió en su sitio de descanso eterno? ¿Cuántos otros barcos descansan como él en este paraje marítimo de Cuba?

La nave de bandera griega, arribó averiado a la bahía después de una extenuante travesía, en el año 1967, dado su alto grado de deterioro los dueños entendieron que resultaría más económico dejarlo encallado allí mientras que la tripulación regresó por otros medios al país helénico.

El “Nikolis” que antes fue reconocido como el “Liberty”, había sido construido durante los años cuarenta en los astilleros Estados Unidos, a partir de un diseño muy económico con el propósito de sustituir a los tantos pues no se podía derrochar recursos en aquellos barcos que era probable perder en medio de la Segunda Guerra Mundial.

Fue entonces que los fabricantes le pronosticaban solamente cinco años de vida útil en explotación. No obstante este enorme buque que terminó sus días con bandera griega había sobrepasado esa cifra con creces, hasta que como era de esperarse colapsó en las aguas de Isabela.

Sin embargo, es una verdadera rareza histórica que aun exista en algún punto del orbe un buque de ese tipo, aunque los especialistas aseguran que no estará a flote por mucho más tiempo, pues el alto grado de deterioro de la estructura propiciará que las aguas terminen tragándose al imponente Nikolis.

Nadie sabe a ciencia cierta que fue lo que ocurrió aquella tarde de 1967, y ya no podrá descubrirse, pero según la leyenda, un lastimero ruido se apoderó de la nave, y de pronto ya su mecanismo de navegación no volvió a responder a las manos del experto capitán. Como si se tratara de un corazón que se detiene, los tripulantes debieron desembarcar.

Nada raro, si se tienen en cuenta que solo se trata de una entre tantas historias sobre barcos hundidos en la costa de Isabela de Sagua, historias que para muchos hacen de este sitio un lugar fatídico, como el conocido Triángulo de Las Bermudas.