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Cayo Granma, un encantador "pedazo" de Santiago de Cuba en medio de la bahía

Cayo Granma es un islote de poco más de 2 kilómetros cuadrados, ubicado en el interior de la hermosa bahía de Santiago de Cuba, muy cerca de la entrada de esta, y poblado por una pequeña comunidad de pescadores cuyas peculiares casas de madera, situadas sobre el agua muchas de ellas, le confieren un singular atractivo.

El Cayo, como le llaman popularmente los santiagueros, es un lugar tranquilo, hermoso y acogedor, de gente amable y cálida. Ideal para relajarse, lejos del ambiente citadino. Sus restaurantes ofrecen comida de muy buena calidad, ya sea "El Cayo", especializado en pescados y mariscos, el "Palmares" ubicado en una edificación de madera que sobresale encima del agua, en la parte más alejada de la isla, así como algunas paladares.

Lo que más llama la atención de este especial y diferente pedazo de Santiago, que puede recorrerse en tan solo 15 minutos, aparte del atrayente diseño de sus viviendas de madera de techos rojos que poseen un alto valor arquitectónico y las maravillosas vistas de la bahía en forma de bolsa que conecta con el Mar Caribe, es la posibilidad de adentrarse en la auténtica y pacífica cotidianidad cubana que allí fluye.

Cayo Granma constituye una pequeña ciudad. Tiene una iglesia: la Ermita de San Rafael que data de 1877, su propia oficina de correos, planta telefónica, la tradicional bodega (tienda donde los cubanos adquieren mensualmente los productos racionados y subsidiados que garantiza el gobierno), peluquería, carnicería, farmacia, consultorio médico, escuela de enseñanza primaria, peluquería-barbería y un varadero (taller) de lanchas, entre otras instalaciones.

El cayo se encuentra a más de 58 kilómetros de la ciudad. Por el norte limita con Punta Gorda, desde donde salen las lanchas hacia la localidad; por el sur con La Socapa, sitio que posee playas adecuadas, al este se ubica Ciudamar y Punta Caracoles está en el oeste. La arquitectura, costumbres e idiosincrasia del Cayo son muy peculiares.

Tiene además una rica historia ya que por su ventajosa ubicación geográfica sirvió como resguardo ante el ataque de corsarios y piratas. El poblado surgió debido al asentamiento aquí de residentes del caserío de la Socapa que huyeron de aquel sitio, cuando la Guarnición española allí existente fue atacada por las tropas mambisas lideradas por Máximo Gómez, Flor Crombet, Enrique Collazo y Narciso silva en 1870. Nueve años después contaba con 184 habitantes y ya había sido comenzada la construcción de la iglesia. Desde ese entonces y en todo el siglo XX, arribaron personas de forma espontánea, o porque habían adquirido terrenos, y edificaron sus casas de veraneo.

Con el tiempo se incrementó el número de habitantes, tanto aquí como en las zonas colindantes y se produjo una creciente presencia estadounidense. De hecho el islote se denominaba entonces Cayo Smith. Surgieron comercios, clubes de juego, deportes náuticos, carnavales acuáticos, áreas de recreo y baño, todo lo cual incrementó la economía y el valor turístico de los poblados ubicados en la bahía santiaguera donde establecieron sus propiedades numerosas familias burguesas. Después de 1959, muchos dueños burgueses y norteamericanos, inconformes con el proceso político que se producía en el país, abandonaron Cuba y el sitio pasó a llamarse Cayo Granma.

Al transcurrir los años muchas de sus edificaciones de deterioraron. Hasta que en 2002 La Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba estableció un proyecto con la Consejería de Ordenamiento Territorial y Vivienda de la Junta de Andalucía para rehabilitar El Cayo. Se restauraron el embarcadero, el parque, la cafetería, el centro de reunión de la comunidad, varias hermosas casas de madera, en las cuales se usaron materiales de avanzada tecnología que no afectaron su valiosa arquitectura, así como el correo y algunas otras instalaciones. El feliz resultado de esta meritoria labor es este Cayo de hoy que cautiva con un modesto encanto, casi mágico