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Lo que no sabías del río Cauto, el más extenso de Cuba

El río Cauto, el más extenso de Cuba, con trescientos cuarenta y tres kilómetros de longitud y una cuenca de nueve mil quinientos kilómetros cuadrados de territorio, nace en un sitio denominado la Estrella, perteneciente al Consejo Popular la Colorada, en la finca La Fortuna, a una altitud de 600 metros sobre el nivel del mar en la Sierra Maestra y desemboca en el Golfo de Guacanayabo en el Mar Caribe.

La cuenca de este largo río, que es también el segundo más caudaloso después del Toa en Guantánamo, engloba una población que supera el millón cien mil personas pertenecientes cuatro provincias de la región oriental del país por las cuales pasa: Santiago de Cuba, Holguín, Granma y Las Tunas.

La irracional utilización de los recursos naturales del río Cauto, unida a factores climáticos como el efecto del evaporación que en este cuerpo de agua es de hasta dos mil trescientos milímetros, provocaron una disminución en la flora y fauna que habitaba en su entorno natural. Se calculó en el año 2003 que la cantidad de árboles en el lugar era apenas el 11% de la extensión total del afluente.

De veinticuatro mil toneladas llegó a ser la carga de contaminante que se acumulaba en la cuenca del afluente, lo cual sumado al sistema de drenaje inadecuado de los cultivos y otros factores climáticos, provocó que esta se degradara de forma preocupante.

Precisamente por estas razones se aplicaron tratamientos al entorno del río que contribuyeron a reforestarlo y disminuir dichas emisiones contaminantes. Las estadísticas de estas acciones de recuperación fueron dadas a conocer en 2003 durante la Sexta Sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas, efectuada en La Habana del 25 de agosto al 5 de septiembre.

Varios proyectos internacionales se promovieron para poyar este trabajo, entre ellos el Programa Nacional de Lucha Contra la Desertificación y la Seguía: manejo integrado de los recursos naturales en la cuenca del Cauto con el cual colabora la FAO (por sus siglas en Inglés) Organización para la Agricultura y la Alimentación; el FIDA Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola; el apoyado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el respaldado por la UNICEF para la construcción de acueductos rurales y el Programa de Desarrollo Humano a Nivel Local (PDHL) entre otros.

Los resultados de todos estos esfuerzos combinados fueron aún más positivos después de 2006 pues con la reforestación se incrementó el área boscosa, que inicialmente era del cinco por ciento a un 16%, a lo cual contribuyeron significativamente las fincas forestales y la actividad de los guardabosques.

También coadyuvó a la recuperación de la cuenca el hecho de que se construyeron nuevos sistemas de tratamiento de residuales, presas, se realizaron y culminaron redes de alcantarillados, se eliminó la aplicación de productos químicos, se redujo considerablemente la carga contaminante, se realizó y aún continúa, una labor intensa de educación ambiental de quienes deben interactuar con la cuenca.

Lo cierto es que el rostro del río Cauto ha ido cambiando para bien y seguirá haciéndolo porque se ha implicado en ese empeño a cada institución y persona relacionada con él, su recuperación se ha convertido en responsabilidad de todos, pues de ella depende también la calidad de vida de cada uno de los seres vivos que dependen de este regalo único de la naturaleza cubana.