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Los Baños de Elguea: la fuente de la eterna juventud

¿Te gustaría hacer turismo de salud en Cuba? Elguea es el espacio ideal para que tus vacaciones sean un período en que, más allá de disfrutar de la belleza y tranquilidad que caracteriza a la isla, consigas mejorar tu condición física y mental. El tesoro inestimable de este sitio del centro norte del país son sus aguas, famosas por su riqueza en sales minerales que le otorgan probados efectos curativos y rejuvenecedores.

A poco más de una hora de camino desde Varadero y a 180 kilómetros al este de La Habana, se encuentran estos baños termales que reciben visitas de todas las latitudes del mundo, pues sus aguas tienen efectos demostrados contra el estrés, la obesidad, la afecciones locomotoras, respiratorias, circulatorias y de tipo neurológico.

Con sus 45 grados Celsius y un flujo de 25 litros por segundo se les consideran aguas hiper-mineralizadas, dado su alto contenido en sales de sodio, cloro y bromo, así como el bajo porcentaje de radón y sulfuros.

Por décadas, Elguea se ha especializado en el turismo de salud, y dispone de un personal altamente formado para orientar tratamientos como la electroterapia, masoterapia, quinesioterapia, fangoterapia, fisioterapia, hidroterapia, moxibustión, podología, psicorrelajación, y medicina popular y tradicional.

El Hotel & Spa Elguea de la cadena Islazul, dispone de 130 habitaciones confortables y climatizadas, gimnasio, canchas de tenis y voleibol, un área para la equitación terapéutica guiada y otra para el tiro con arco; pero además ofrece alquiler de bicicletas, y organiza visitas a centros naturales e históricos de elevado interés en la provincia de Villa Clara.

Considerado uno de los más importantes de su tipo en el continente, el balneario abarca unos mil 300 metros cuadrados, e instalaciones modernamente equipadas desde donde se brindan terapias basadas en el empleo de las aguas y de sus fangos medicinales.

Dispone de tres grandes piscinas, así como de otros posos de formato individual, un salón de masajes y de tratamiento facial, sauna y consultas de especialidades médicas.

Existen incontables leyendas y relatos asociados al descubrimiento y a las propiedades curativas de las aguas de Elguea, aunque no fue hasta los años 40 del siglo XX cuando se hicieron las primeras investigaciones científicas al respecto.

Pero la tradición de venir a aquí con propósitos sanitarios se remonta al siglo XIX. Según cuenta la leyenda, las propiedades medicinales de estas aguas fueron descubiertas accidentalmente en 1860 cuando un esclavo propiedad de Don Francisco Elguea, fue expulsado a su suerte para que muriera lejos, por miedo de que sus afecciones de la piel terminaran contagiando al resto de la dotación.

Toda la hacienda quedó estupefacta luego, al ver como unas semanas después el esclavo moribundo se había sanado por completo y hasta había rejuvenecido. Siendo así, enseguida se corrió la voz por toda Cuba de los efectos milagrosos de las pocetas naturales de la región y ya para 1917, la susodicha familia había erigido un pequeño hotel.

Posteriormente, investigaciones realizadas en las décadas de 1940 y 1970 del siglo pasado corroboraron las diversas propiedades curativas de las aguas termales de Elguea y en 1983 se descubrieron nuevos manantiales, con propiedades curativas en la garganta, la visión, y de altos efectos antimicóticos. A partir de dichos estudios se delimitó de manera correcta cada área de baño en correspondencia con la dolencia del huésped.

Aunque hoy la instalación no es de las más frecuentadas del país por su carácter específico orientado al turismo de salud, cada vez son más que llegan buscando una combinación de buen precio y estancia agradable, independientemente de no estar enfermos.

Y es que, por el tesoro vital de sus aguas, el confort y cuidado que brinda a sus huéspedes este balneario es un lugar ideal para unas sanas vacaciones, donde sin pretenderlo quizás hallemos el secreto de nuestra eterna juventud.