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De paseo por Playa Ancón, la perla costera de Trinidad

El hecho de que en toda Cuba sobren las playas de excepcional belleza es una verdad más que demostrada, pero que una de esas maravillas naturales se encuentre solo a 12 kilómetros de la Ciudad Museo, es privilegio absoluto de Playa Ancón.

En una suerte de todo incluido, esta península centrosureña que se halla a cuatro horas de la Habana, nos pone al alcance de la mano a la legendaria villa de Trinidad con su fisonomía del siglo 18, mientras nos ofrece uno de los más cautivantes destinos de sol y playa del país.

Como para redondear la magia trinitaria, las cálidas corrientes del Mar Caribe configuraron aquí 5 kilómetros de blanquísima arena en lo que es, sin duda alguna, el mejor balneario del litoral sur cubano.

Si bien se trata del sitio de descanso escogido por cientos de los visitantes que llegan a la ciudad patrimonial, a Ancón le sobran atractivos que hacen de ella un destino turístico independiente, al que los baños de mar, sus atardeceres únicos y todo tipo de facilidades para la práctica de deportes náuticos, le otorgan marcada singularidad.

Por si todo ello fuera poco, Ancón es una reserva arqueológica donde yacen infinidad de barcos, goletas y galeones hundidos, a partir del comercio de contrabando y los constantes ataques de corsarios y piratas por el Puerto de Casilda en la época colonial.
De tal suerte, como otro atractivo se brindan cursos de iniciación en el buceo para favorecer la posibilidad de practicarlo a quien no tiene la más mínima noción de este deporte, pero que de igual manera no quiere perderse los tesoros arqueológicos que esperan en el fondo marino o las notables poblaciones de coral negro.

Tantas son las riquezas de su ecosistema marino que en Ancón se encuentran bien establecidas 30 zonas de buceo, apoyadas en una inigualable barrera coralina, que alberga especies únicas de la fauna costera cubana.
Pero si de atracciones hablamos buena parte de ellas se extienden a la Marina Marlin Trinidad, que ofrece a los turistas la posibilidad invaluable de paseos en barco y hacer excursiones pesqueras que lo llevarán desde el puerto de Casilda hasta Cayo Blanco, islote de admirables condiciones ambientales y una exuberante fauna marina.
A dicho enclave es posible llegar además con embarcaciones propias de hasta 2 metros de calado, pues se dispone de muelles y puestos de amarre que incluyen servicio de electricidad, agua, y otras comodidades para el visitante.

Pero si de excursiones hablamos, son varias las propuestas que se derivan de Ancón, dado que su cercanía al macizo montañoso del Escambray permite a los aventureros el disfrute de increíbles vistas donde se combinan el mar y las montañas.

Ni qué decir de La Boca, una atractiva comunidad cercana a Ancón, y que nos ofrece la posibilidad de probar las deliciosas minutas de pescado, mientras desandamos sus barrios pesqueros. En este pueblito que no supera los 15 mil habitantes, existen varios hostales y casas de alquiler no estatales y con precios realmente módicos, por lo tanto, son muchos los visitantes que encuentran aquí una placentera estadía.

Pero si eres más deportivo, y quieres aprovechar al máximo tus vacaciones, nos parece que entre las mejores opciones está el tomar una bicicleta e irte hasta Trinidad, pues cada día tendrás muchísimo que descubrir en uno de los conjuntos arquitectónicos coloniales más completos y mejor preservados de América.

De lo contrario, sí solo buscas descansar en la comodidad de un hotel, encontrarás tu sitio en la misma playa, donde se ubican varias instalaciones como el Hotel Cubanacan Costa Sur, el Hotel Club Amigo, y el más acogedor de todos, el Hotel Brisas Trinidad del Mar, que simula, con sus cabañas de aspecto colonial, el subyugante encanto de la villa trinitaria.