Los reconocidos youtubers "Mateo y Lisanna", una pareja de influencers con más de un millón de seguidores, compartieron su asombro ante los altos precios en los supermercados de Cuba, comparables o incluso superiores a los de Europa. Durante una compra en un supermercado cubano, Lisanna destacó que los costos de los productos básicos eran más altos que en su natal Estonia, un país con salarios considerablemente mayores que en la isla caribeña.
La pareja arribó a La Habana a principios de abril con el objetivo de desenmascarar lo que denominaron "La mentira cubana". En su serie de videos, el primer episodio abordó su llegada a la isla, el país número 48 en su lista de visitas, y mostraron la vida cotidiana en La Habana Vieja, donde la informalidad y los negocios callejeros a menudo se entrelazan con la experiencia turística.
Después de un largo viaje de 20 horas en tres diferentes aviones, Mateo Pomba, de Argentina, y su novia Lisanna, de Estonia, inicialmente quedaron impresionados por sus primeras observaciones. Sin embargo, pronto descubrieron que la realidad para los cubanos es extremadamente complicada, enfrentándose a la escasez, inflación descontrolada, salarios insuficientes y una vida cotidiana afectada por la separación de miles de familias debido a la crisis migratoria actual.
En sus vídeos publicados en TikTok, exploraron una casa donde la cabeza de familia trabaja como psicóloga y gana solo 11 dólares al mes. Mateo, quien llegó a Estonia en 2021 y conoció a Lisanna a través de una aplicación de intercambio de idiomas, junto con su pareja están cerca de visitar 50 países y mantienen una fuerte presencia en Youtube.
Expresaron su entusiasmo por conocer La Habana, sus autos clásicos y tradiciones. Mientras tanto, el régimen cubano sigue apostando por el turismo como esperanza para la recuperación económica del país. Sin embargo, este sector enfrenta desafíos significativos debido a la baja demanda, atribuida a la crisis económica que sufre la nación, la tensión política y las restricciones de viaje impuestas por algunos países.
Los turistas, al igual que los ciudadanos locales, no están exentos de experimentar los desafíos y hasta la violencia de la realidad nacional.