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La habana

Cosas que te harán sentir que estuviste en La Habana y captaste su esencia

La Habana, Capital de Cuba fue declarada en 2016 Ciudad Maravilla del Mundo Moderno. Y esto no es fortuito, la principal ciudad de La Mayor de las Antillas está tan llena de sorprendentes contrastes, es tan impredecible y única, que a cada minuto te revela un detalle inesperado que te impacta.

¡Hay tantas cosas que ver y descubrir y aprender! Por eso te daremos la fórmula para que tengas una idea de la realidad de la urbe y puedas sentir que vislumbraste algo de su esencia: te indicaremos los lugares y las cosas que no podrás perderte o dejar de hacer cuando estés en esta hechizante ciudad que parece estar detenida en el tiempo.

Empieza tu recorrido por La Habana Vieja, el Casco Histórico, declarado patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. ¡Te encantará estar allí!

Estarás rodeado por maravillosas obras arquitectónicas, verdaderas joyas, algunas muy conservadas y otras en un estado de deterioro y abandono lastimoso; veras moverse a tu alrededor a cientos de turistas y a los cubanos en su ajetreada existencia diaria.

 

La habana

 

En esta parte antigua de la ciudad están los clásicos lugares famosos de los cuales tal vez has oído hablar: El Bar Restaurante el Floridita, situado en la calle más populosa, Obispo, y mundialmente conocido porque era visitado habitualmente por el escritor estadounidense, premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway.

Le sigue La Bodeguita del Medio, otro célebre bar restaurante cubano, que ha sido visitado por celebridades de todo el planeta, en cuyas paredes podrás como ellas dejar plasmada tu firma; El Capitolio Nacional, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el Malecón, ese muro al que denominan “la sonrisa de la ciudad” que la bordea para protegerla del mar y servir de esparcimiento y relajación a quien llega a él.

Te aconsejamos igualmente trasladarte al otro lado de la hermosa Bahía de La Habana y conocer el Castillo de los Tres Reyes del Morro, la Fortaleza de La Cabaña donde todas las noches, de todos los días del año tiene lugar la Ceremonia del Cañonazo de las nueve que esa hora, con el disparo de un antiguo cañón.

También te espera por esos lares la colosal escultura del Cristo de La Habana desde donde podrás disfrutar de espectaculares vistas de la urbe.

No dejes de ir al Cabaret Tropicana, conocido internacionalmente por su slogan “Un paraíso bajo las estrellas; ni a la Heladería Coppelia, situada en la esquina más céntrica de la capital cubana, donde confluyen las calles 23 y L, en el barrio de El Vedado.

Captar la esencia cubana

Eso sí, te advertimos que por más que todos esos lugares insignes te digan algo de su historia, no podrás sentir realmente que te acercaste a la esencia de La Habana, cuya magia está en su gente, si no...:

  • Das un paseo en almendrón (se llama así a los autos americanos de la década del 50 que funcionan como taxis). Pero no solo los que hacen recorridos para los turistas, sino también alguno de los que usan los cubanos para trasladarse.
  • Te hospedas en una casa particular e interactúas y compartes con la familia cubana que vive en ella.
  • Tomas un ómnibus colectivo de los que utilizan los habaneros para moverse.
  • Comes en un paladar (restaurante privado)
  • Caminas por las calles no tan céntricas y arregladas, sino en las más deslucidas para que veas las sábanas blancas colgando en los balcones y tengas unas buenas fotos, para que observes a los cubanos en su complejo día a día, lidiando con las carencias, sobreponiéndose e incluso riéndose de ellas.
  • Entras a un mercado de productos agropecuarios.
  • Vas a conectarte a una zona Wifi, pero antes de perderte en tu propio móvil, te detienes a observar la peculiar realidad de ese fenómeno solo visto en Cuba: gente de cualquier parte del mundo, en cualquier pose, sentada en el contén o tirada en el piso incluso, conversando con sus seres queridos o conocidos en otros lugares del planeta.
  • Haces una cola para comprar algo
  • Intentas bailar la música cubana

Si cumples todo esto, podrás decir con autoridad “yo estuve en La Habana”. Y si algún habanero te escucha te apoyará diciendo “pónganle el cuño porque es verdad”.