Seis ilustres desconocidos cubanos
Mencionar e incluso leer los cubanos ilustres que han existido nos tomaría realmente mucho tiempo, las listas tendrían infinidad de nombres de artistas, escritores, científicos, deportistas, políticos e incontables integrantes de otras profesiones y oficios.
Los más famosos con apenas dar unos clics en algún sitio aparecen, pero otros que cuya historia y trayectoria aunque extraordinaria, no ha sido mediatizada, permanecen casi totalmente en el anonimato para el mundo y para Cuba.
A esos cubanos ilustres, y al mismo tiempo desconocidos, dedicaremos este espacio para que los habitantes de la isla que hoy viven en ella, los que residen fuera y los ciudadanos del mundo que confluyen en CubaConecta los conozcan y compartan su historia.
Así seguirán saliendo del anonimato del cual ya habían comenzado a sacarla varios textos publicados en sitios digitales como juventudrebelde.cu, cubadebate.cu y un escrito de Fernando Ravsberg para BBC Mundo, que sirvieron de base a este que ahora te presentamos.
Entérate pues de que fue una cubana la primera mujer que amamantó a Simón Bolívar. La madre del prócer americano, doña Antonia Concepción cayó gravemente enferma a causa de la Tuberculosis poco tiempo antes del que el héroe naciera y los médicos aconsejaron que no amamantara al bebé.
Pero cuando el niño nació, Hipólita, una esclava de la familia que era la principal candidata para alimentarlo, todavía no había parido. La única opción que vislumbraron los desesperados parientes fue acudir a la señora Inés Mancebo de Miyares, una cubana, esposa de Fernando de Miyares - más tarde gobernador de Venezuela- quien había acabado de dar a luz y no puso reparos en alimentar también al pequeño Simón.
Bolívar no trató mucho a doña Inés, pero sintió siempre un afecto especial por ella, el cual se demuestra en sus siguientes palabras, dichas a uno de sus hombres cuando le estaban siendo confiscadas las propiedades a los españoles:
«Cuanto usted haga en favor de esta señora corresponde a la gratitud que un corazón como el mío sabe guardar a la que me alimentó como madre”… “Fue ella la que en mis primeros meses me arrulló en su seno. ¿Qué más recomendación que ésta para el que sabe amar y agradecer como yo?»
Un cubano fue yerno de Carlos Marx
Se llamó Pablo Lafargue, un santiaguero, y se hizo también condiscípulo del autor de El Capital.
Era descendiente de una mulata haitiana y un judío francés que huyeron de la violencia desatada en Haití durante la rebelión anticolonialista y se refugiaron en la ciudad de Santiago de cuba.
Lafargue visitó asiduamente la casa de Carlos Marx y terminó encariñándose y casándose con su hija. Para el suegro fue un yerno ejemplar y un inteligente colaborador que supo entender fielmente su obra.
Lafargue fue el primer diputado socialista en el parlamento francés. Entre los varios libros que escribió estuvo “El derecho a la pereza”. Según la prense oficial cubana, el más difundido de la literatura socialista, aunque para el escritor y bloguero Fernando Ravsberg esta afirmación es algo exagerada.
El autor de la letra de uno de los himnos más bellos del mundo, el de Guatemala, fue un cubano oriundo de Bayamo: José Joaquín de Palma, nacido en 1844, quien hubo de exiliarse en esa nación por conspirar contra el gobierno colonial español.
El presidente de Guatemala José María Reyna y Barrios convocó a un concurso en 1896 para seleccionar la letra y música del Himno de ese país y fue escogido el texto de José Joaquín de Palma, quien permaneció en el anonimato hasta 1910, año en que reconoció públicamente su autoría y fue condecorado con una medalla de oro.
La Duquesa de Luxemburgo, María Teresa Mestre, nacida en 1956 y descendiente de una familia burguesa del barrio habanero de Marianao, emigró a Estados Unidos con sus padres a los tres años, después del triunfo revolucionario en Cuba. Luego la familia se radicó en Ginebra, Suiza.
En la universidad de esta ciudad estudió Ciencias Políticas y por causas del azar conoció a un joven estudiante cuya identidad real ignoraba, pero que era en realidad el Duque Heredero de Luxemburgo, quien se hacía llamar Enrique de Clairvaux para preservar la intimidad. Se enamoraron y casaron en 1981.
Diecinueve años después, en el 2000, Enrique se convirtió en Gran Duque de Luxemburgo y María Teresa, por consiguiente, en Gran Duquesa.
Demostró su respeto por sus raíces escribiendo en español y utilizó el nombre María Teresa, en vez del Merie Therese requerido, en los documentos que la proclamaron como la primera soberana de origen latinoamericano dentro de la monarquía europea.
El cubano que fue campeón mundial de billar se llamó Alfredo del Oro y nació en Manzanillo el 28 de abril de 1863. A los 15 años aprendió a jugar y ya a los 18 derrotaba a los mejores jugadores de la isla.
Su primer campeonato mundial lo ganó en 1893. Llegó a ser campeón en 31 ocasiones, en diferentes modalidades y 18 fueron triunfos consecutivos. Solo perdió cuatro veces y es suyo el récord de haber hecho 93 bolas en un tiro.
Severiano de Heredia, un mulato cubano, llegó a ser alcalde de París en el siglo XIX y también Ministro de Obras Públicas, según afirma un libro del escritor francés Paul Estrade, dedicado a este ilustre personaje al que se le llamó "el negro del Elíseo". El volumen fue presentado con motivo de la celebración del 110 aniversario de las relaciones entre Cuba y Francia.
