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San José del Lago

San José del Lago, una maravilla que sana

Cuando el cansancio y la rutina nos aturden con insoportable peso, es válido retirarse a uno de esos recodos donde la naturaleza, y la tranquilidad ejercen verdaderos efectos de sanación. Y en Cuba, exactamente en el norte de la provincia de Sancti Spíritus se encuentra la Villa San José del Lago, un manantial de excelentes condiciones.

Ubicado a unos 400 kilómetros al este de La Habana se encuentra este enorme sistema de lagos de apacibles aguas donde los turistas pueden discurrir en botes y bicicletas acuáticas o sencillamente descansar a la sombra de los frondosos árboles.

Se trata de un balneario frecuentado desde hace muchos años por nacionales y foráneos que buscan disfrutar de la exuberante vegetación y fauna, así como descansar en armonía con la naturaleza.

Al estar ubicado en el poblado de Mayajigua, perteneciente al municipio espirituano de Yaguajay, se encuentra surcado por riachuelos y manantiales portentosos, que convidan al deleite de todo aquel que llegue a este sitio con la apetencia de respirar el sosiego y la intimidad del bosque cubano.

Pero no hemos de equivocarnos, pues si bien el agua y sus increíbles efectos relajantes son el gran protagonista de toda aventura por estos lares, lo cierto es que el visitante podrá adentrarse en las antiguas leyendas de aborígenes y esclavos, que habitaron la zona.

 

San José del Lago

 

Igual de atrayente es la rica tradición oral campesina, o las tonadas de los poetas, los guateques y parrandas, que se dan la mano para ser el deleite cultural de los miles de turistas que arriban cada año.

Son muchos los que sostienen que el sobrenombre de la región, una de las más pobladas de la isla desde la época primitiva, le viene de aquellos primeros indígenas, quienes denominaban a esta zona maya-jijua, que significa tierra de muchas aguas o madre de las aguas.

Descubierto por los aborígenes

Lo que no sabremos, si ya aquellos hombres de piel cobriza habían reconocido el poder sanador de esas corrientes, que en la actualidad conforman uno de los centros turísticos de aguas termales minero-medicinales más frecuentados del Caribe.

Según se ha demostrado científicamente, por sus múltiples propiedades, las aguas de San José del Lago son eficaces en el tratamiento de diversas patologías crónicas. Al punto de que muchos exageran al enunciar sin miramiento que estas aguas “lo sanan todo”.

Lo cierto es que estas pocetas conservan a lo largo de todo el año una temperatura que oscila entre los 32 grados y los 37 grados centígrados y son carbonatadas, cálcicas, alcalinas y catabólicas, lo cual ofrece ventajas considerables en tratamientos epidérmicos, renales, dermatológicos y contra la ansiedad y el estrés.

Resultados notables se han constatado en pacientes aquejados de insomnio, neurosis, neurastenia, y distintas neuralgias, pero muy especialmente en quienes sufren dolencias reumáticas, alergias, hongos y urticarias.

Por otro lado, dada su pureza desde el punto de vista bacteriológico, su absorción resulta favorable para tratar males estomacales, ya que son variadas los beneficios que ejercen en el aparato genitourinario y digestivo.

Todo parece indicar que fueron los esclavos africanos quienes primero notaron las bondades de San José del Lago, ya que aquellas aguas tenían un efecto milagroso sobre sus pieles llagadas y adoloridas por el látigo hispano.

Hoy San José del Lago se encuentra administrado por la cadena hotelera Islazul, que comercializa desde cualquier punto de la geografía nacional estadías en este edén tropical que comprende 12,7 hectáreas y combina todos sus embrujos para cautivar a los amantes de la naturaleza.