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¿Sabías que existe en Cuba una “Fiesta del Tayuyo”? Ven a disfrutar de esta delicia cubana

Por estos días la provincia de pinar del río, el extremo más occidental de la isla de Cuba estuvo de fiesta, pero una fiesta muy peculiar. Específicamente en la localidad de Montezuelo, se desarrollan varias actividades que perpetúan una tradición ya centenaria dentro de la cocina nacional.

“La Fiesta del Tayuyo” acogida por la localidad de Montezuelo con el objetivo de estimular el cultivo del maíz, es una celebración que hace honor a una de las tradiciones culinarias más viejas del municipio pinareño de Mantua.

El festejo, que ha perdurado hasta nuestros días, hace que desde bien temprano los pobladores se reúnan en patios y terrazas para pelar el maíz, preparar las bolsas, mientras otros lo rayan y se pone a hervir el agua donde se sumergirán una vez elaborados los tayuyos con condimentos, sal y manteca de cerdo.

Y así la tarde transcurre entre poetas y tonadas; y para el visitante no queda más alternativa que degustar los emblemáticos tayuyos de Mantua mientras se juega al dominó o la pelota, o se baila con algunos de los ritmos del momento.

Pero fue en agosto de 1896, cuando nació esta fiesta que acompañó las patronales de la Virgen de las Nieves, que se venían celebrando desde tiempos de la conquista cada 5 de agosto y que luego fueran extendidas por varios días más del mismo mes.

Con la buena maduración del maíz alcanzada durante aquel año tuvo origen una original iniciativa por parte de los vecinos de la comarca. Los propietarios de las tierras prometieron a sus sirvientes que tener una cosecha satisfactoria se celebraría una fiesta “por todo lo alto”, en la que sobraría la comida, la bebida y hasta regalarían días de descanso a los trabajadores.

Como era de esperar todos se volcaron a las faunas de la tierra para garantizar el éxito final de la cosecha, y según quedó registrado en los anales, se dio un fiestón tan grande que a todos les quedó el gusto de repetirlo.

Según cuentan los historiadores aquella inusual fiesta comenzó en horas tempranas con una competencia de bueyes, que buscaba medir la habilidad de quien los conducía para lograr el surco más derecho, utilizando un arado de madera de jiquí.

Otra de las iniciativas consistía en emular para ver quien extraía la palada de tierra más grande, mientras en otros puntos del caserío los poetas, decimistas, repentistas y grupos de música guajira amenizaban la mañana mientras se pelaba el maíz.

Ya en horas del mediodía, de las grandes mesas de la zona emanaba el aromático olor de la grasa de cerdo desde esa combinación perfecta con las frituras, guisos, caldos y arroz con maíz, platos que eran regalados, primero a los visitantes y después a los vecinos de todo Montezuelo.

Un rato después se sirvieron los “reyes del festejo”, los deliciosos tayuyos, que difieren de los tamales en que no llevan carnes ni tanto condimento como los últimos. Ya en horas de la noche se llevó a cabo un desfile de muchachas preseleccionadas por su gracia y belleza, a fin de elegir la flor del maíz y sus distintos pétalos.

Lamentablemente iniciado el siglo XX la tradición murió, pero en 1970 los campesinos de Montezuelo lograron acopiar un millón de mazorcas de maíz, y entonces las autoridades locales retomaron la gran celebración siguiendo los patrones de la desaparecida “Fiesta del Tayuyo”.

El día escogido tuvo lugar nuevamente la fiesta que constaba de elementos nuevos, más acordes a los tiempos que se vivían y donde se eliminaron algunos detalles originarios de las antiguas fiestas patronales. En la mañana se efectuó un encuentro de béisbol entre los equipos de Mantua y Montezuelo y otro en la tarde entre Mantua y las Martinas.

Fue así como se rescató la vieja tradición para fortuna de los lugareños y de toda Cuba, que tiene en los tayuyos uno de sus platos predilectos.

Foto de portada: Cortesía "La Cocina de Vero"