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Huevos en Cuba

¡Llegaron los huevos!

La frase fue un aleluya en las voces de los habaneros del barrio de Santos Suárez que vieron llegar hace dos días el camión a la carnicería: ¡Llegaron los huevos! La voz se corrió enseguida y comenzó la cola (fila) para adquirir los también conocidos como “salvavidas”.

Esto solo sucede en Cuba. Comienzan a llegar las personas y en pocos minutos hay una multitud frente a la carnicería del barrio. Cada establecimiento de este tipo tiene definidos sus consumidores específicos y estos saben en cuál les corresponde comprar.

Entonces, cubanos al fin – y para colmo vecinos–, enseguida comienzan los comentarios y las conversaciones propias de la ocasión: “¡Menos mal porque ya la cosa estaba apretada!”, “¡Al fin! Ya no sabía qué inventar pa’ (para) las meriendas de los niños, al menos ahora puedo garantizar la mayonesa y la pastica pa’ l pan”; “¡Caballero’(s), casi sesenta años y seguimos en las mismas!”; “Menos mal que la cola se está moviendo rápido”.

De pronto alguien pregunta “¿Cuántos están dando (vendiendo) por persona?” y la respuesta alegra a algunos: “catorce”; una voz molesta dice “¡O sea un solo huevo diario y ni llegamos a la mitad del mes!” y otro responde medio en broma “Pero bueno, vamos avanzado compañero, el mes pasado fueron solo diez”. Algunos ríen. “Yo tengo que guardar los del cake de la niña que cumple años el día 21”, se le oye a una señora.

Una vecina pasa, mira el tumulto y expresa “Yo vengo después ¡Qué va! ¡Esa cola no me la espanto!”. Se comenta de la salud de alguien, de la embarazada que parió, del que vino del norte (Estados Unidos), de pelota (béisbol), de la WIFI que van a poner en el parque. Y así, entre conversación y conversación, pasan las horas y la fila va menguando hasta que termina y llega la hora de cerrar.

Más huevos

 

En la pizarra seguirá leyéndose por varios días lo que ha escrito con tiza el carnicero: cinco huevos normados por persona a quince centavos cada uno, cinco adicionales a un peso y diez centavos y cuatro liberados a igual precio. También se irán reduciendo las pilas de cartones llenos, amontonados sobre el mostrador. Y, por ahora, el carnicero no pondrá vender más que los establecidos.

Este racionamiento tuvo lugar tras el paso del huracán Irma por la isla. Según la prensa oficial porque entre los daños ocasionados por el meteoro estuvo la destrucción de los techos de muchas granjas avícolas y la pérdida de una considerable cantidad de aves. Lo cierto es que al dejar de venderse de forma liberada, el precio del cartón de huevos (envase con capacidad para treinta unidades) llegó a alcanzar casi cuatro veces su valor en el mercado negro: de treinta y tres pesos cubanos CUP ascendió a ciento veinticinco (cinco pesos convertibles CUC).

Para acabar con el incremento del precio de este producto básico, el gobierno anunció que aplicaría medidas severas a los ciudadanos que fueran sorprendidos vendiendo huevos ilegalmente, incluida la cárcel.

La presencia de los huevos liberados en los mercados donde se autorizó su venta había alcanzado cierta estabilidad antes del paso de Irma, al menos en La Habana, capital de la isla. Con anterioridad a esta discreta normalización de hace pocos años, el precio de cada huevo era de un peso y cincuenta centavos (cuarenta y cinco pesos cubanos el cartón). Hoy solo es posible adquirirlos de forma racionada, igual que hace una década aproximadamente.

Como siempre, entre los cubanos de a pie (de menos recursos) que son quienes mayormente y con más intensidad sufren estas carencias, hay quienes se conforman pensando que al menos así podrán contar con huevos todos los meses. Otros son optimistas y confían en que los liberados volverán a los mercados, al mismo precio de un peso y diez centavos.

La verdad es que con sus optimismos y pesimismos, sus conformismos e inconformidades, sus carencias y resiliencias continúa el cubano, con quijotesca perseverancia, su atribulado día a día y todavía tiene ánimos para alegrarse de que lleguen los huevos después de la escasez y hasta de encontrarle el humor al asunto.