La residencia más antigua del Latinoamérica está en Santiago de Cuba
Con cinco siglos de existencia, la Casa de Diego Velázquez, que integra el Museo de Ambiente Histórico Cubano de la ciudad de Santiago de Cuba, en la provincia homónima, es la residencia más antigua de la isla y de toda Latinoamérica y se halla a un costado del Parque Céspedes, en la esquina que forman las calles Feliz Pena (Santo Tomás) y Francisco Vicente Aguilera (Marina).
Su construcción data nada menos que del siglo XVI, se dice que se edificó entre 1516 y 1530 y que en ella residió y también falleció en 1524, don Diego Velázquez de Cuéllar, colonizador español que fundó las primeras siete villas de Cuba y fue el primer gobernador de la isla.
La planta baja se culminó en 1519 mientras que el piso superior fue concluid en 1530. Constituye una verdadera joya de la arquitectura cubana colonial. Inicialmente fue residencia del gobernador y al mismo tiempo funcionaba en ella la Casa de Contratación y Fundición de Oro. Poco se sabe de los años que sucedieron a la muerte de Velázquez.
Ha tenido varios usos en su larguísima historia. Fue por un tiempo el Hotel Venus, más tarde una cuartería (espacio donde confluyen muchos cuartos o habitaciones con diferentes dueños) en la cual residían varias familias y comercios; el Centro Republicano Español, una logia masónica, un taller de confecciones textiles, oficinas y otros en la cuarta parte de una manzana. Con el paso de los años el legendario edificio fue deteriorándose sin que ningún gobierno se interesase por rescatarlo.
En 1952 Se lanzó un concurso en la provincia para que fuese aprobada la reconstrucción del ayuntamiento de la ciudad. Se escogió el proyecto del doctor catalán Francisco Prat Puig y el inmueble con su nuevo diseño es inaugurado dos años más tarde en 1954. Prat, tras el éxito de su primer trabajo, presenta otro plan entonces para recuperar la casa del primer gobernador.
Recuperación de la casa
Gracias a este trabajo, en 1965 la Comisión Nacional de Monumentos de Oriente, inició la restauración de la Casa de Diego Velázquez con el objetivo de recuperar su estado original, precisamente bajo el asesoramiento técnico del Dr. Francisco Prat.
El actual conjunto arquitectónico se compone de cuatro elementos fundamentales: las galerías y colgadizos del sigo XVI, un patio también de esta época, ambientes de los siglos XVI al XVIII y el horno (anterior a la vivienda) donde era fundido el oro extraído en los años iniciales de la conquista.
Junto a la casa del siglo XVI se haya otro edificio cuya fecha de construcción fue inmediatamente descubierta por Prat: primer tercio del siglo XIX y surgió a la par la idea de restaurarla también como parte del museo. Esta vivienda fue habitada durante largo tiempo por una familia local de apellido Quesada, quienes luego se trasladaron al elegante barrio santiaguero de Vista Alegre.
La casona se convirtió en un liceo para mujeres de corta vida y su zaguán en una quincalla perteneciente a la familia Babún. Después del Triunfo Revolucionario de 1959 funcionaron en ella la sede de la Federación de Mujeres Cubanas y círculos infantiles.
El museo con sus dos casas que reflejan los ambientes de los siglos en los cuales fueron construidas, es uno de los más importantes de la urbe santiaguera y de Cuba en general, tanto por su riqueza arquitectónica y las magníficas colecciones que guarda en su interior, como por los quinientos años de historia que han sobrevivido algunos de sus muros.
Entre los elementos que atesora en su interior se encuentran magníficos muebles de Francia, Gran Bretaña y España y Cuba, cerámicas españolas, porcelana francesa, carruajes de caballos, entre muchos otros objetos que son prueba de la opulencia en que vivía la burguesía cubana en la época colonial.
