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Punto Wifi

Las cosas que pasan en la Wifi de Cuba

Las zonas Wifi se han convertido en lugares muy populares y concurridos en toda Cuba y constituyen un fenómeno social único de la Mayor de las Antillas, donde la conexión inalámbrica a internet se garantiza solo en 370 sitios públicos diseminados por el país.

Para los extranjeros y para los cubanos que viven fuera del país –que dicho sea de paso son varios millones–, estar conectado a internet las 24 horas todos los días, desde hace unos cuantos años es tan normal como comer y vestir y tan barato como los cinco euros que cuesta en España, por ejemplo.

Sin embargo, en Cuba la conexión inalámbrica para la población fue establecida bajo cuidadosa supervisión del gobierno, por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba ETECSA hace apenas dos años.

De acuerdo con las cifras que ofrece el artículo “Los números de la Wifi” en cubaahora.cu, en 2015 solo había 35 puntos de conexión en la isla y el acceso a internet tenía que hacerse por el astronómico precio de $4,50 pesos convertibles la hora (más de: $5 USD o 3 euros). O sea, un mes de servicio costaba nada menos que $3240 CUC (más de 3500 dólares).

 

Zona Wifi

 

Reducción de precio

Pero siendo justos, en estos momentos no puede negarse que la generalización de esta vía de acceso a internet ha progresado: en junio de 2017 los sitios ya son 370, el precio es de 1 CUC por hora, desde el primero de noviembre, o incluso de 30 minutos por 50 centavos.

Como también es cierto que, a pesar de pagar –y nada barato aún con estas reducciones–, la conexión es pésima en con bastante frecuencia: el dispositivo señala que hay conexión, pero en realidad no hay acceso a internet. Súbitamente accede y con la misma celeridad vuelve a desconectarse. Hay páginas bloqueadas donde no se puede entrar por más que se intente y desespera la lentitud.

Y lo que es peor, puede que en una súbita desconexión, si estabas intentando cambiar tu contraseña, alguien que sabe cómo hacerlo, sin que te enteres, se apodera de ella y te vacía tu cuenta de acceso a internet. Y cuando vuelves a entrar en el portal Nauta, tu cuenta ya está en ceros.

Para conectarte en la zona wifi en Cuba debes o haber comprado una tarjeta nauta de 1 CUC o de mayor cuantía, que se venden a tales efectos en las dependencias de ETECSA y en algunos hoteles.

De lo contrario has de tener una cuenta Nauta con saldo. Los cupones para esta última operación se consiguen en las oficinas comerciales, en pequeños puntos de venta establecidos por la empresa y en casas particulares que funcionan como agentes de telecomunicaciones, actividad que constituye una de los oficios privados autorizados a ejercer en el país.

Sin embargo, a pesar de la incomodidad de moverte de tu casa, del trabajo que pasaste para llegar, de que a veces no sabes ni dónde ponerte porque el sol del lugar no da sosiego, de que no debes descuidarte porque alguien puede querer arrebatarte el celular, el tablet o la laptop; cuando al fin logras ver por Imo a tus seres queridos, sonriendo, a tus amigos en Facebook, recibir o mandar esa información que necesitabas por Gmail, bajar los artículos que te hacían falta, revisar las páginas de tu preferencia…

Cuando te introduces en el tan esperado ciberespacio, todo lo demás desaparece.

Si de pronto el claxon de una guagua u otro vehículo te saca de internet, te aconsejamos que en lugar de contrariarte, te tomes unos minutos para salirte del fenómeno de la Wifi y observarlo desde fuera. Será divertido, créelo.

 

Wifi en Cuba

 

Estar a miles de kilómetros

Si estás en un parque, lo más probable es que puedas deleitarte viendo niños de todos los tamaños, colores, barrios, incluso algún que otro extranjerito, jugando, divirtiéndose y alborotando de lo lindo, mientras los adultos permanecen sentados y quietos hablando a través de disímiles dispositivos digitales, con alguien que está a miles de kilómetros de distancia: una abuela hablándo cariñosamente a su nieta que ríe en la pantalla y dándole consejos a la madre para que la cuide bien; un muchacho hablando con su enamorada; una extranjera que filma lo que la rodea para que su interlocutor vea el lugar al que tiene que venir para conectarse; un hombre gritándole a su móvil porque cree que su receptor no lo escucha.Te sorprenderá ver cómo las decenas de personas concentradas de cuerpo presente en ese lugar físico, están a la vez ausentes de él.

Otra cosa, los números oficiales de las wifi en funcionamiento no son los reales. Existen muchas zonas clandestinas, creadas por cubanos, quienes mediante equipos NANO sustraen la señal de ETECSA y conectan a decenas de vecinos en los barrios, donde no hay wifi pero sí muchas personas deseosas y en condiciones de pagar por el servicio.

Probablemente han sido estos habilidosos negociantes los responsables de la disminución del precio de conexión a 1 CUC por hora, pues siempre han existido y vendido sus servicios por un precio menor. También son perseguidos. Surgieron como alternativa paralela a la oficial, más barata, casi desde que se establecieron las primeras zonas wifi en 2015.

Lo cierto es que la zona wifi, más allá de lo que piensen sus adoradores y detractores, forma parte de la vida del cubano – al menos de ese 34,8 % de la población que según cubahora.cu tiene acceso a internet– de sus necesidades, temas de conversación diaria y hasta una nueva alternativa de esparcimiento. Sí, porque ir a ellas se ha convertido en un paseo para muchos. Hay para quienes resulta, incluso, uno de sus lugares de trabajo.

Verdad es también que Cuba tiene, ya no que apurarse sino volar a velocidad supersónica en materia de conectividad para poder, cuanto más, acercarse discretamente a lo que mínimo que el mundo de hoy exige para poder decir que estás en él y lo que la propia realidad del país, consecuentemente, está pidiendo a gritos.