Un parque de diversiones a lo cubano en Santos Suárez
Los responsables de esta algarabía son unos enormes aparatos de hierro de varias capacidades cada uno, fabricados a lo cubano, según delata su apariencia rústica y un tanto agresiva.
La Milagrosa, cuyo nombre colocado encima de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba, se lee en uno de sus costados, es la que genera mayor adrenalina.
Tiene forma semicircular y gira verticalmente, varias veces, 360 grados, de ella salen los gritos más agudos y potentes y, por si fuese poco, justo antes de que pare, los niños quedan suspendidos con la cabeza hacia abajo por tres segundos, hasta que finalmente se completa el giro y el aparato se detiene para que bajen y den paso al próximo grupo.
Muchos padres al ver este equipo, el Dragón, que se desplaza casi 180 grados, el Tauro que se mueve de un lado se preguntan cómo hay progenitores que permiten que sus hijos se suban a esos aparatos “ortopédicos”(rígidos) e improvisados, cuya sola apariencia genera desconfianza.
CubaConecta quiso indagar al respecto y habló con el titular o dueño de este singular parque de diversiones itinerante. Su nombre es Yalfre Velázquez Jiménez y nos enteró de cosas muy interesantes.
Supimos que son trabajadores por cuenta propia oriundos del municipio San Antonio de los Baños, provincia Artemisa y realizan la actividad de Operador de Equipos de Recreación, establecida en la legislación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Para montar la feria deben solicitar autorización y contar con el apoyo de los Consejos de la Administración del Poder Popular (gobiernos) del municipio en el cual operarán y hacer los contratos requeridos con las empresas que tienen que ver con el funcionamiento de los aparatos, como la de Servicios Comunales y la Unión Eléctrica. Pagan puntualmente sus impuestos y son conocidos en toda Cuba.
En cuanto a la confiabilidad de los aparatos, afirmó que son totalmente seguros, que nunca han tenido un accidente, precisamente porque cada detalle de la seguridad se verifica y siempre están repensando y añadiendo nuevos elementos para garantizarla. Reveló que todos los equipos pueden mantenerse funcionando durante un fuerte aguacero sin peligro de que se produzcan choques eléctricos, corto circuitos o alguien pueda se afectado por la corriente.
Yalfre explicó que sus aparatos son conocidos en toda la isla por el gremio de los particulares que se dedican a operar equipos de este tipo. La Milagrosa se produjo en la emblemática localidad de El Cobre, en Santiago de Cuba, donde se encuentra el Santuario de la Virgen de la Caridad en la cual se inspiraron sus creadores para darle nombre.
Y como aparatos “hechos en casa”, cubanos al fin, no pueden faltar otro matiz criollo: como amuleto en contra de la envidia y “el mal de ojo” se ha pintado en ellos la imagen de la lengua que sale del ojo y es atravesada por la espada, y se leen frases como: “La envidia es la enfermedad de los fracasados”.
Pero en el Parque de Santos Suárez del barrio homónimo, en el Municipio 10 de Octubre no están otros muy populares como La Yutong, una guagua grande que presentaron en la Feria del Libro, ni El Cometa que tiene un formato mucho más colosal, pues consta de tres pisos.
El titular, también informó que tienen en proyecto nuevos diseños que se analizan por una comisión técnica en la que participan ingenieros mecánicos, que luego se prueban en computadora, pues dicen tener un software para probar este tipo de equipos virtualmente antes de realizarlos.
Por lo pronto el Parque de santos Suárez seguirá llenándose de algarabía infantil que seguirá colándose en por las puertas y las ventanas de los hogares a tres cuadras de distancia por varios días más, así que quienes deambulen entre los aparatos y la alegría de los niños, podrán tomar algo en el quiosco improvisado y los padres tal vez compren algún juguete al vendedor que los exhibe.
Tampoco faltará el malandrín que se apostará debajo de la Milagrosa porque se dio cuenta de que el dinero se sale de los bolsillos de sus incautos y frenéticos “pasajeros” cuando el aparato los pone patas arriba, y aprovechará para tomarlo y escapar.
Lo cierto es que con sus confianzas y desconfianzas estos aparatos le dieron vida al parque y, a los chicos del barrio, una opción de esparcimiento diferente. Por cinco pesos (0,25 centavos CUC) pueden disfrutar de estos gigantes de hierro movidos por electricidad que, según su dueño, demoran dos minutos en cada vuelta, un tiempo superior al de muchos otros titulares cuyos tiempos oscilan entre los 45 segundos y un minuto.
El sueño de Yafre Velázquez es poder viajar e importar equipos modernos extremos de otros países y establecer un negocio mucho más abarcador. Este mundo, dice, le gusta “es muy bonito” y CubaConecta le desea que su anhelo se cumpla y que una vez logrado ese súper parque sea asequible a todos los niños cubanos.
