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Necrópolis de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, recinto de la historia y del arte vivo

El Cementerio Santa Ifigenia, Monumento Nacional, situado al oeste de la ciudad de Santiago de Cuba, es la principal necrópolis de la región oriental de la isla y de dicha urbe y la segunda más importante del país, después del cementerio Cristóbal Colón de La Habana, capital de la nación.

Fue el tercer camposanto construido en Cuba. Su nombre se debe a una virgen etíope bautizada por el Apóstol de San Mateo y alberga grandes valores históricos, arquitectónicos y culturales que le hicieron merecer la condición de Monumento Nacional en 1937.

Este primoroso cementerio no atesora únicamente la historia de sus más de ocho mil tumbas, sino también la fastuosidad y grandeza de las verdaderas obras de arte que lo componen, cuidadosamente esculpidas en mármol o trabajadas en granito y otros preciados componentes que convierten al lugar en un sitio de referencia obligatoria cuando se habla de Cuba.

Pero el más importante de sus mausoleos es el dedicado al Apóstol José Martí y Pérez, Héroe Nacional de Cuba, quien se mantuvo sepultado desde 1947 hasta 1951 junto a los veteranos mambises, hasta que el 30 de junio del último año mencionado se inauguró el sepulcro que hoy se levanta en el magnífico cementerio, justo en la Calzada de Crombet, Reparto Agüero, en Santiago de Cuba.

La edificación del mismo se debe un grupo de médicos quienes integraron un comité para la recaudación de fondos, pero estos resultaban insuficientes. Finalmente un senador de Villa Clara, Elio Fileno de Cárdenas presentó en 1945 una propuesta de ley al senado en la cual solicitaba un crédito de cien mil pesos para edificar el monumento y establecía que debía lanzarse la obra a concurso para lograr un proyecto digno del apóstol. El Patronato, ley No. 12, fue finalmente aprobado y comenzaron las obras.

Se escogió también el mejor de los proyectos que concursaron gracias a la acción del comité "Por una Tumba Digna del Apóstol Martí". La propuesta seleccionada fue la presentada por los arquitectos Benavent - Santí y comenzó la construcción de la obra, la cual fue inaugurada en junio de 1951 por el entonces presidente de la República Carlos Prío Socarrás.

La parte superior del imponente monumento es hexagonal y en cada arista hay una cariátide que representa las 6 antiguas provincias cubanas. En su parte frontal cuenta con una ancha calle peatonal del mármol, que comunica con el exterior. Se recogen también aquí pensamientos de Martí en cada uno de los campamentos en que estuvo durante la guerra.

Dentro del mausoleo se haya una cripta de broce, en cuyo interior se encuentra un cofre del mismo metal donde descansan los restos del héroe. También se halla una colosal y hermosa estatua de Martí sentado sobre un peña y escribiendo encima de su rodilla izquierda y pueden apreciarse además, los escudos de américa ubicados en orden alfabético. El nacional se sitúa en el centro.

Llama la atención especialmente el lucernario, que se alza por encima de las cariátides, a 23.56 metros de altura y permite la entrada de luz solar todo el día y que esta se pose sobre la urna que contiene los retos del héroe. Por otro lado está el deambulatorio que contiene un pasillo circular el cual sirve a la vez de descanso tras subir la escalera y de púlpito para ofrecer discursos hacia la plazoleta.

El emblemático camposanto guarda los restos de hombres como el General José Maceo; Carlos Manuél de Céspedes, El Padre de la Patria y monumentos hechos en honor de mujeres ilustres como María Cabrales, esposa de Antonio Maceo; Mariana Grajales, madre de los Maceo y Elvira Cape.

De la época republicana, por su parte conserva a los valerosos jóvenes luchadores Frank País, Josué País, Otto Parellada, Tony Alomá entre otros, y más recientemente a Francisco Repilado (el popular músico conocido mundialmente como Compay Segundo) y las cenizas de Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba por más de 5 décadas.

Un paseo silencioso y quieto por la bella necrópolis santiaguera, para disfrutar de las excelentes obras de arte y conocer la historia de sus tumbas y mausoleos es una experiencia enriquecedora y única que no ha de obviarse si se visita esta encantadora ciudad.