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Restaurante Moscú

La larga noche del antiguo Restaurant Moscú

En un letargo triste continúa ese majestuoso edificio que sobrevive en la memoria de los cubanos y habaneros.

Muchos cubanos y especialmente habaneros recuerdan con especial nostalgia el antiguo esplendor y magnificencia del restaurant Moscú, un sitio que alguna vez frecuentaron en compañía de familiares y amigos.

Si bien el tiempo y la desidia han sido implacables con ese coloso, su fachada da claras señales de lo que un día fue, y pudiera volver a ser si las autoridades se lo tomaran en serio.

Mientras se hace notar el paso restaurador en la céntrica y populosa Rampa Habanera, este edificio sigue huérfano de la mirada decisiva del gobierno. De nada ha valido ni siquiera el lejano nombre con reminiscencias soviéticas para que se acometan allí las labores de resurrección.

 

Restaurante Moscu

 

Solo en el recuerdo de muchos cubanos quedarán aquellos días de gloria en que esa construcción ambientada en su interior al estilo zarista, resplandecía con la sobria vestimenta de su personal de servicios y la amplitud de su menú.

En cualquier momento del año era posible disfrutar de los exquisitos platos de Pelmeni, Shashlyk, Borsch y Uja, acompañados de toda una suerte de sopas y carnes tradicionales de Rusia.

Este fue un lugar placentero que sin duda dejó una impronta emocional en quienes lo frecuentaron un día o simplemente lo contemplaron desde el transitar diario.

 

Restaurante Moscú

 

Tantos fueron los cubanos y visitantes que pasaron por sus salones para celebrar en familia, con amigos o aniversarios importantes en sus vidas, que ni siquiera el abandono es suficiente para dejarlo sin resurrección en el limbo del olvido.

Mientras que las paladares (restaurantes particulares) y el cuentapropismo florecen por toda La Habana, y dan nuevas luces a la ciudad con inversiones, iniciativas y participación activa en la comunidad, muy poco se ha hecho por devolverle la vida a este coloso dormido.

Lo cierto es que el edificio donde se encontraban enclavados el restaurante Moscú y algunas oficinas en la Calle P, entre Humboldt y 23, en el mismo corazón del Vedado, es desde hace muchos años, morada de vagabundos.

El edificio nunca más fue reparado, desde que en los años 80 un incendio arrasara con el frecuentado espacio, donde un día radicó también el cabaret Montmatre, uno de los más famosos de la Cuba Republicana.

Su fachada, que se extiende por toda la Calle P y un segmento de Humboldt, luce el evidente signo del abandono, por años ha estado despintada y sucia.

Las aceras se ven colmadas de desperdicios y lo que un día fuera la entrada al restaurante, justo al frente del edificio donde radican varios canales de la TV cubana se ha convertido en un improvisado baño público.

Los moradores de este amplio local forman parte de los miles de personas que conforman la población flotante capitalina. En su mayoría, provienen de otras provincias del país, sobre todo del oriente cubano.

Según declaraciones oficiales, el gobierno provincial no ha tenido, en casi 30 años de clausura, el financiamiento para demoler o reconstruir este espacio que deprime la vista de los paseantes y turistas extranjeros, y que provoca hondos pesares entre los que un día emigraron del país y ahora vuelven.

A unos metros de la vistosa Rampa y sus lujosos hoteles, el antiguo restaurant Moscú se ha convertido con el pasar de los años en un palacio de la desidia y la apatía.