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Presente y pasado de tres memorables mansiones del Vedado

El Vedado, uno de los barrios más importantes de La Habana, Capital de Cuba, ha sido definido como un modelo de diseño urbano que concentra la esencia de la armonía, resultante de un perfecto equilibrio entre la variedad, flexibilidad, eficacia y unidad de todos sus elementos arquitectónicos que lo hacen atrayente y admirable.

A lo largo de su existencia ha acumulado también un impresionante patrimonio arquitectónico que le confiere por un lado una imagen aristocrática y elegante y por otro apunta a una mezcla social que se nota en las edificaciones, espacios públicos y en la calle.

 

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De modo que lo mismo puedes ver un edificio de 30 pisos, como el emblemático Focsa, que esplendorosas residencias coloniales coexistiendo de la manera más armónica concebible.

Y hablando de mansiones, hay tres cuya historia resumida queremos compartir contigo.

Casa de Dulce María Loynaz hoy Centro Cultural homónimo

Comenzaremos por la que fuera la residencia la más grande escritora cubana del pasado siglo, Dulce María Loynaz, Premio Cervantes y Premio Nacional de Literatura. Esta hermosa y colosal casona fue de las primeras construidas en el Vedado.

Se ubica en la esquina de las calles 19 y E y es una de las más representativas del populoso barrio habanero. Su dueño inicial fue Ramón José Martínez Martínez, quien la habitó por más de dos décadas, hasta decidir venderla a la escritora y a su esposo en 1947. En ella vivió la autora de la novela Jardín hasta su muerte.

Hoy el magnífico inmueble alberga al Centro Cultural que lleva el nombre de la escritora, el cual facilita la creación y la promoción de autores pertenecientes al Instituto Cubano del Libro, organiza y dirige el sistema editorial, entre otras labores.

Como algo notable dentro de la edificación declarada Monumento Nacional, se encuentra el fastuoso patrimonio de Dulce María dividido en tres salones con carácter museable: el Dorado o Francés, el Colonial y La Capilla en la cual puede conocerse más de la vida y obra de esta grande de las letras cubanas y universales.

 

Centro Artes Decorativas

 

Casa de María Luisa Gómez Mena, Condesa de Revilla de Camargo hoy Museo de Artes Decorativas

Nuestra segunda residencia que igualmente se impone por su majestuosidad y elegancia es la que perteneció a María Luisa Gómez Mena, Condesa de Revilla de Camargo, un palacete que ostenta el número 502 en las calles 17 y E.

Este templo de esplendor fue diseñado por los arquitectos franceses P. Virad y M. Destugue. Su construcción se prolongó 3 años (1924-1927). Se afirma que en los años 40 y 50 fueron recibidos en esta mansión la Duquesa de Alba, los Condes de Barcelona y a los Duques de Windsord.

Cuando se produjo el triunfo de la revolucionario de 1959 en Cuba, la familia Gómez Mena, una de las más acaudaladas de la isla, salió del país y la vivienda, y el gobierno que asumió el poder incautó la vivienda y todo su contenido. Años después en 1964, el inmueble reabrió sus puertas, esta vez como Museo Nacional de Artes Decorativas con una colección de más de 33,000 piezas de gran valor artístico e histórico.

Villa Lita hoy Museo Servando Cabrera Moreno.

La tercera joya es otro palacete ecléctico, con características del estilo Art Nouveau y de la arquitectura colonial denominado Villa Lita, el cual se localiza en la hermosa avenida Paseo. Se mandó construir en 1912. Cuenta con dos plantas, al igual que la porción destinada a los sirvientes y la cochera, está circundada por bellos jardines a los que protege una imponente verja perimetral.

Después de su primer dueño pasó a manos de los italianos Emmanuela Salmoiraghi y Pandini y José Pennino y Barbato quienes la adquirieron en subasta. Como a Emmanuela le decían Lita, fue cincelado este apelativo en la fachada. Luego fue arrendada a Carlos Manuel de Céspedes hijo, después la ocuparon otros miembros de la familia Pennino. Según se afirma en Ecured, el último miembro del clan que habitó la casona murió sin descendientes en 1980 y la familia de los sirvientes se quedó a cargo de la vivienda.

En un proceso legal que se prolongó desde 2004 hasta 2007 los residentes perdieron el derecho a vivir en la mansión que pasó entonces a formar parte del Ministerio de Cultura, y Villa Lita dejó de ser una vivienda, fue remodelada y pasó a ser el Museo Servando Cabrera Moreno.

La actual institución cultural atesora una extensa muestra del multifacético trabajo de este extraordinario pintor, desde sus primeras obras hasta las más acabadas. También alberga una biblioteca que alberga una colección bibliográfica personal de valor patrimonial que comprende libros, manuscritos, catálogos y otros. Conserva también una buena parte de los libros de la también destacada pintora cubana Amelia Peláez.