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monumento Maine

Un enigmático monumento llama la atención desde el malecón habanero

Entre los muchos monumentos y esculturas que atraparán la vista del turista en suelo cubano destaca uno de belleza inquietante. Se trata de una obra olvidada por la gran mayoría de los cubanos, pero que como pocas expresa el diferendo histórico entre Cuba y Estados Unidos de América.

Hablamos del monumento erigido en honor a las víctimas del Acorazado Maine. La obra fue construida en 1926 en la barriada de El Vedado, en La Habana, Cuba, para homenajear a los marineros que murieron en la explosión del buque estadounidense Maine en 1898.

Aquel acontecimiento sirvió como excusa a los Estados Unidos para declarar la guerra a España y comenzar a apoderarse de sus colonias valiéndose de la plena depresión económica de la corona ibérica.

Dicho acorazado había llegado a La Habana por solicitud del cónsul norteamericano Fitzhugh Lee, tres semanas antes de su estallido. El Maine fue un acorazado pre-dreadnought de la Armada de los Estados Unidos, el segundo en entrar en servicio y el primer buque de la Armada estadounidense en llevar el nombre del estado de Maine.

Junto a su gemelo el Texas, fue construido en respuesta al acorazado brasileño Riachuelo y al incremento de las fuerzas navales de Iberoamérica. A pesar de estos avances, el Maine era un buque obsoleto en el momento de su entrada en servicio, debido a varios factores, entre los que están su prolongado periodo de construcción.

Fue enviado para proteger los intereses de los ciudadanos estadounidenses durante la revuelta cubana contra España, y estalló de repente, perdiendo la vida con la explosión las tres cuartas partes de su tripulación, excepto la comandancia, lo cual resultó siempre muy sospechoso.

De tal suerte, la causa del hundimiento del Maine aún continúa siendo objeto de especulaciones, aunque lo más probable es que solo se tratara de un pretexto norteamericano para incluirse en la guerra.

Años después de la instalación de la República de Cuba, en 1926, se erige este monumento en El Vedado muy cerca de Línea y Malecón. Un águila americana coronaba su cúpula, y además tenía tres bustos de políticos estadounidenses.

Desde su altura se distinguían William McKinley, a quien correspondió declarar la guerra a España; Leonard Wood, primer interventor en la Isla, y Theodore Roosevelt, el presidente de turno.

Como uno de los signos más claros del distanciamiento entre los dos gobiernos, el 18 de enero de 1961, luego del triunfo de la Revolución Cubana, se manda a retirar el águila, así como las estatuas de los políticos quedando solamente el regio pedestal de mármol. Sobre la vieja leyenda se inscribió una nueva:

«A las víctimas de El Maine, que fueron sacrificadas por la voracidad imperialista, en su afán de apoderarse de Cuba».

Sin lugar a dudas apreciar en vivo este monumento y su entorno nos dará una idea exacta de la historia de Cuba en los últimos 50 años.