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Cuba tuvo su propio guacamayo: el Ara tricolor. Entérate cómo era, cuándo existió y cómo desapareció

Entre las seis especies de extintas del género de aves americanas de la familia de los loros está tristemente el guacamayo cubano, Ara tricolor, la cual desapareció a finales del siglo XIX.

Su longitud era de entre 45 y 50 centímetros, la frente era rojiza y naranja y de color amarillo la nuca. Alrededor de los ojos tenía zonas blancas carentes de plumas. Cara, abdomen, pecho y muslos eran también naranja y las patas y la punta del pico marrón. La porción superior era de un rojo parduzco con plumas festoneadas en verde, mientras que las plumas por debajo de la cola, en la punta de esta y en la zona inferior de la espalda eran azules. También de este color combinado con rojo purpúreo eran las alas.

La apariencia externa tanto del macho como de la hembra era la misma. En cuanto al vuelo, según se describe, al despegar abría y exhibía en toda su extensión la espléndida cola en un espectáculo realmente magnífico.

En documentos escritos que datan de la mitad del siglo XIX se narra cómo era la vida de estos bellísimos animales antes de extinguirse. Se cuenta que existían poblaciones numerosas en la Ciénaga de Zapata al sur de Matanzas y también la Isla de la Juventud.

Se afirma que hacia 1800 el Aras tricolor era bastante común en Cuba. Primeramente comenzó a incrementarse su captura con el objetivo de regalarlos a los Reyes de España. A medida que avanzó el siglo XIX aumentó la población humana y esta no solo taló los árboles y desforestó bosques, sino que también cazó el ave como alimento– a pesar de que se refiere que su carne sabía mal– saqueó sus nidos para tomar de mascotas a las aves jóvenes. Así se fueron eliminando sus hábitats, hasta que terminó extinguiéndose.

Ara Tricolor

Se dice que el último ejemplar conocido que existió fue abatido en La Vega, cerca de la Ciénaga de Zapata en 1864. Luego se sucedieron testimonios de avistamientos hasta 1885 que no fueron confirmados.

Los guacamayos en sentido general están entre las aves más bellas e inteligentes del reino animal. Pertenecen al género Ara y se dice que existen entre 14 y 17 especies, de las cuales seis ya se extinguieron– el Ara tricolor es un ejemplo más que ilustrativo– cuyos nombres científicos varían de acuerdo con el tipo de que se trate

Puede llegar a alcanzar 90 centímetros de longitud. Su pico su largo y poderoso tiene forma de gancho y le permite romper frutos secos con facilidad y dentro de este la lengua seca y escamosa del ave posee un hueso que la hace una eficaz herramienta para golpear las frutas.

La forma de las patas con cuatro dedos curvos, dos de ellos hacia adelante y dos hacia atrás, les permite agarrarse a las ramas, asir, sostener y examinar cualquier cosa. Sus colas son largas y les confieren gran elegancia.

El promedio de vida de estos animales es de entre 9 y 10 años, aunque pueden ser también muy longevos, pues se ha dado el caso de ejemplares que han vivido medio siglo.

Son muy rápidos aprendiendo ya a los siete meses pueden repetir palabras, al año entienden bastante lo que se les dice y llegan a adquirir un vocabulario de hasta 30 vocablos.

Sin dudas son animales maravillosos, pero a muchos seres humanos inconscientes parece no bastarle las especies ya extintas y continúan cazándolos y destruyendo sus hábitats. Por suerte hay también muchas instituciones internacionales comprometidas con el cuidado del medio ambiente que trabajan para que no tengan el mismo fin que el guacamayo cubano.