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Parque Nacional Desembarco del Granma

Los senderos para descubrir un tesoro natural único: el Parque Nacional Desembarco del Granma

¿Sabes qué lugar cubano fue el primero en ser declarado Patrimonio de la Humanidad? Fue el Parque Nacional Desembarco del Granma, que ostenta también la condición de Monumento Nacional.

Se trata de una importantísima área ecológica que constituye el mayor y mejor preservado sistema de terrazas marinas de La Mayor de las Antillas, localizado entre los municipios Pilón y Niquero de la provincia Granma, en la zona occidental de la Sierra Maestra, la cadena montañosa más elevada de Cuba.

De dichas terrazas, las que primero emergieron alcanzan más de 360 metros sobre el nivel del mar y hasta veinte escalones, algunos con 100 metros de diferencia entre sí. Su estado totalmente preservado y el hecho de que sus flora y fauna se mantengan intactas se debe se debe a las condiciones extremas de este impresionante relieve, así como su biota y clima, los cuales evitan que sea frecuentado o utilizado por el hombre u otras especies invasoras.

Ciertamente habrá lugares a los que no puedes llegar, pero existen otros donde se han habilitado senderos que seguramente te encantará recorrer, porque te permitirán descubrir muchos de los tesoros naturales y la historia aborigen que alberga este sitio único de la geografía cubana y universal.

Su nombre se debe a que por esta zona, en 1956 desembarcaron Fidel y Raúl Castro, Ché Guevara, Camilo Cienfuegos y 78 expedicionarios que arribaron en el yate Granma, desde México para alzarse en la Sierra Maestra y llevar a término la Revolución Cubana.

 

Parque Nacional Desembarco del Granma

 

1. El Guafe: aquí podrás ver de cerca y en contacto directo con la naturaleza, los restos de comunidades nativas precolombinas que habitaron el lugar. Descubrirás la arqueología, la cultura y la historia. Para que tengas una idea más clara de sus valores naturales te informamos que posee un área de unos 500 metros cuadrados donde habitan una flora y fauna muy singulares.

Entre las especies vegetales que posee se encuentran el almácigo, la carolina, el jagüey, flores silvestres y arbustos en los cuales se refugian reptiles, aves de endémicas como gavilán caracolero, que solo se ve aquí, el Tocororo –ave nacional–, el negrito, el zunzún, los carpinteros churroso y jabado.

Después de este interesante recorrido te espera una visita a Cabo Cruz, donde conocerás una comunidad de pescadores que ha mantenido el aspecto colonial de esta área, así como el Faro de Vargas y la casa del farero.

La duración será de dos horas, la longitud del trayecto es de 2mil metros, la máxima capacidad de carga será de 12 personas y el nivel de dificultad es promedio.

2. Morlote-Fustete: este sendero fue concebido con pasos, utilización de barandas, corredores, paradas de descanso, y ascenso a la terraza de 15 o veinte metros de altitud y llegada a los puntos de observación desde los cuales podrás apreciar la escena típica de la terraza.

Aquí te espera también la cueva de Futete, la más larga de la región con cinco kilómetros de cavernas. Una vez bajo tierra verás la cama del río antes de ascender a las terrazas, desde donde es fácil admirar las estalagmitas y estalactitas, y las pareces de cortina, entre otras formaciones.

Luego el recorrido continúa hasta el Hoyo de Morlotte, una concavidad conformada por una mezcla de procesos corrosivos y salientes que tienen una profundidad de 77 metros y 75 en diámetro. Alrededor de estas sorprendentes formaciones se encuentra el hábitat del Lingust vitatus, molusco local de gran belleza. Durante el este viaje te será posible también observar variedades endémicas florísticas y faunísticas.

Este recorrido dura dos horas, tiene 2 mil metros de largo, la capacidad es de 10 personas y la dificultad es media.

3. El Samuel: en este sendero te sorprenderán aspectos geomorfológicos del sitio tales como el diente de perro virgen, las dolinas (depresión geológica de relieves cársicos) y cuevas.

El punto culminante del recorrido es la Cueva Espelunca que se abre desde el borde del farallón cientos de metros sobre el nivel del mar, en el segundo nivel de las terrazas marinas en el área de pesca de Agua Fina cerca de la Ensenada Real. El lugar te regalará una vista espectacular del Caribe y de la los bosques vírgenes de árboles del Real.

Una de las secciones de la cueva es laberíntica y proveía a los aborígenes, antes, y luego a las comunidades locales de un lugar espiritual para sus ceremonias religiosas.

La duración del viaje es de dos horas, la longitud, 1300 metros; la capacidad máxima, de diez personas y la dificultad, media.

4. Río Cilantro: comienza a caballo o en jeep hasta cien metros antes de llegar a Rancho Portillo. El último trecho desde la cascada solo puede ser recorrido a pie. En un pequeño trillo en la primera parte del sendero puedes disfrutar del hermoso paisaje de la Sierra Maestra, observar los techos de guano (hojas o pencas de palma real) de las casas rústicas de los habitantes y los árboles frutales.

En el camino a Rancho Portillo sentirás la presencia de temperaturas entre 32 y 40 grados Celsius. Visitarás el hogar de un campesino donde podrás ver muchas de las tradiciones y costumbres de los campos de Cuba. Tendrás tu tiempo para nadar en las cascadas del lugar que llevan el mismo nombre en medio de una exuberante vegetación consistente en árboles maderables y frutales.

¿El tiempo de duración? Dos horas, la longitud, 7mil metros; capacidad para diez personas y nivel de dificultad medio.

5. Salto del Guayabito: comienza en el pueblo de Mota Dos. Irás a caballo y tomarás el sendero paralelo al Río Motas. Puede ver las paredes verticales de rocas, formaciones de la erosión fluvial, así como la flora y fauna características de esta geografía. Después de una hora a caballo llegarás a la comunidad de El Guayabito y harás una parada en la casa de un campesino donde podrás descansar y probar un auténtico café criollo, algunas frutas frescas y agua. El viaje continuará hasta la siguiente cama de río. Por el camino podrás interactuar con los habitantes de la región y aprender acerca de su estilo de vida y costumbres. Una vez que llegues a las cataratas –la parte final del trayecto– te será posible nadar en piscinas naturales con paredes rocosas de cincuenta metros de alto, cubiertas de cactus, agave, helechos, orquídeas y curujeyes.

La duración del viaje es de dos horas, longitud del recorrido, 7mil metros; la capacidad, diez personas y el nivel de dificultad, medio.