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¿Sabías que el más pequeño de los búhos antillanos es el sijú platanero de Cuba?

Si estás en un platanal cubano puede que te lo topes y si te da tiempo a mirarlo detenidamente antes de que emprenda el vuelo, te agradará su apariencia pues es hermosa.

Se trata del Sijú platanero o sijucito, el búho más pequeño de Las Antillas, endémico de Cuba y que es común en toda la isla, en los bosques y sitios poblados de árboles en el campo o en las afueras de las ciudades.

Constituye una especie de aves de la familia de los búhos, Strigidae y su nombre científico de origen latín es Glaucidium siju. El primero de estos términos significa del color del glaucio (el amarillo de la amapola loca), mientras que sijú es aborigen. Los indios solían también llamarlo cuyaya.

Y no es platanero porque come plátanos. Lo nombran así porque es frecuente verlo en los platanales. En inglés se le denomina Cuban Pygmy-owl y cuenta con dos subespecies el G.s. siju descubierto por Orbigny en 1839 y que habita en todo el país, salvo en la península de Guanahacabibes.

La otra es el G.s. vittatum, descrita en 1914 por Ridway, la cual sí vive en la citada península y en la Isla de la Juventud.

El sijú platanero mide diecisiete centímetros de largo y la hembra es más grande que el macho. Tiene el cuerpo compacto y la cabeza es de color castaño claro por la parte superior con moteado blancuzco. Mientras que la espalda es castaña con listas de color blanco y la cara y garganta son pardo amarillentas y claras. El pecho es blanco con motas carmelitas también claras que van desapareciendo hacia el vientre.

Los ojos son amarillos y el pico y la cara verdosos. Tiene patas cortas, cubiertas completamente de plumas blanquecinas cortas; dedos verdosos, dos manchas negras en la nuca en forma de falsos ojos que pueden colocar hacia el frente pues su cabeza puede girar 180 grados.

Para cortejar a la hembra el macho levanta la cola hasta que esta casi toca su espalda y la mueve de un lado a otro manteniendo el cuerpo inmóvil. Sus hábitos de caza son nocturnos y también diurnos. No los ves fácilmente pero sí puedes escucharlos donde habitan y hasta acercarte pues te permitirán hacerlo.

Vuelan velozmente cuando cazan, de lo contrario lo hacen de forma lenta y a cortas distancias. Sus alimentos fundamentales son lagartijas, insectos, pequeñas aves, larvas pues su tamaño no le permite atacar a roedores grandes. Si es pequeña la presa que atrapan se la traga entera, si no, suele mutilarla.

En cautiverio, si se les mantiene desde polluelos, pueden ser mansos. Pero resulta difícil que sobrevivan porque son muy voraces y necesitan alimento vivo. No resisten mucho tiempo a base de carne solamente. Anida en los meses marzo a mayo, por lo general en los nidos que han abandonado los pájaros carpinteros.