Sancti Spíritus: la cuarta villa de Cuba
Sancti Spíritus, ciudad cabecera de la provincia homónima, la cuarta de las siete villas fundadas por los españoles en Cuba y única con nombre latín, es una apacible y bien conservada ciudad colonial situada en le región central de la Isla, a 354 kilómetros de La Habana, capital del país.
Tiene una extensión de más de 6 779 kilómetros cuadrados, limita por el norte con el canal viejo de las Bahamas, por el oeste con Cienfuegos y Villa Clara, por el este con Ciego de Ávila y con el Golfo de Ana María y el Mar Caribe por el sur. Se fundó en 1514 en la rivera oeste del Río Tuinucú en la tierra de Magón ("país que no tiene fin", en lengua indígena) y en 1522 se trasladó a orillas del Río Yayabo, nombre de un cacique, donde creció progresivamente gracias al desarrollo de la ganadería que se convirtió en su fuente de riqueza principal.
La urbe está rodeada de hermosos paisajes naturales, montañas, zonas tabacaleras y es privilegiada por sus recursos hídricos pues se halla muy cerca de la conocida Presa Zaza, el embalse más grande del país con una capacidad de almacenaje de más de mil millones de metros cúbicos de agua. Cuenta además con el río de igual nombre, con el Yayabo, el Jatibonico Norte y el Sur y el Higuanojo. En una zona nombrada el Garrote, se aprecian petroglifos característicos del arte rupestre de los aborígenes como figuras geométricas, caritas y antropomorfas. Muy cerca de allí habitan especies como el zorzal azul, el pájaro carpintero, el catey y la cotorra, todos en peligro de extinción.
Esta encantadora urbe es la más antigua de las ciudades del interior de Cuba y fue declarada Monumento Nacional en 1964. Su centro histórico abarca unas 100 manzanas delimitadas por calles estrechas que atesoran edificaciones de un gran valor arquitectónico e histórico, en muy buen estado de conservación. Alrededor de las más emblemáticas se mezclan la realidad y la leyenda.
Ejemplo de ello es la que se tejió acerca del que constituye el símbolo más auténtico de la ciudad: el sólido y majestuoso puente sobre el río Yayabo. De él se dice que fue hecho con ladrillos asentados con el tradicional mortero de arena y cal pero que además se usó leche bovina, a lo cual, según dice la leyenda, se debe la fortaleza de esta obra que aún resiste el tránsito de vehículos. Está enclavado sobre las barrancas del arroyo, con sus cinco arcos cuya altura disminuye del centro hacia estas y sus entradas que poseen cuatro torrecillas con farolas. Tal maravilla se localiza al suroeste del centro histórico urbano al cual conecta con el barrio citadino de Colón.
Otra construcción emblemática de la hermosa villa es la Iglesia Parroquial Mayor, también llamada Templo del Espíritu Santo, la cual fue fundada en 1680 y ha predicado el catolicismo hasta hoy. Constituye el edificio más antiguo de Sancti Spíritus y se erige en el lugar más sobresaliente de la Plaza Mayor, en el corazón del centro histórico, rodeada por las calles Agramonte, Jesús Menéndez, Quintín Banderas y Máximo Gómez. Consiste en una planta de una nave, con torre campanario, techo de tejas criollas y madera trabajada artísticamente. El arco que separa al presbiterio de la nave es único de su tipo en la Isla.
En cuanto a la cultura, la ciudad cuenta con la Casa de la Trova Miguel Companioni. Un inmueble del siglo XVIII, igual de antiguo que la Parroquial Mayor, situado muy cerca de esta y del Mesón de la Plaza. Fue restaurado pero mantuvo su forma original. Desde su fundación en 1985 ha preservado los valores de la trova espirituana que forman parte del patrimonio musical de la ciudad, y de la provincia, como la tradicional Serenata Espirituana que desarrolla aquí.
Lugar insigne es también el Museo Casa Natal del Mayor General Serafín Sánchez, quien combatió en las tres guerras libertadoras del Siglo XIX contra España. La vivienda es modesta para la posición que ocupaba la familia, se le hicieron remodelaciones en cien años pero no ha cambiado de forma sustancial. Fue restaurada y convertida en museo en 1987 y ha sido declarada Monumento Local. Además de esta obra, sobresalen por su valor arquitectónico la casa solariega de los Mendigutía, el Palacio Valle, la casona de Don Pedro de Castañeda, entre otras.Existen también varios centros turísticos como los hoteles Plaza, Zaza, Encanto de Rijo, Los Laureles y Rancho Hatuey.
Y las entre las tradiciones locales se hallan el Santiago Espirituano, fiestas populares que datan de 1655; La guayabera, prenda de vestir cubana por excelencia que se dice surgió aquí; los Ecos de la Palma, actividades para el cuidado del medio ambiente en el Museo de Historia Natural y otras.
Transportarse siglos atrás sin salir del presente, es la aventura que te regala el cruce del puente sobre el Yayabo, un viaje para sumergirte en una pintoresca y apacible ciudad, que no parece desear que se distinga la realidad de la leyenda que guardan sus centenarios muros, al parecer, inmunes al tiempo.