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Cuchillas del Toa, la “amazonía cubana”

Todo aquel visitante que busque hacer ecoturismo en Cuba, encontrará en los increíbles meandros que conforma el río más caudaloso de la isla, un paraíso de biodiversidad y belleza difícilmente comparable a otros sitios conocidos.

La mayor parte de esa reserva natural se establece en el área de desembocadura del Río Toa que fluye por casi 130 kilómetros hasta llegar al océano Atlántico en las cercanías de Baracoa, en la Provincia de Guantánamo.

En este espacio, declarado en 1987 por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, se encuentra el más alto índice de biodiversidad de todas las Antillas, formando parte de las cumbres nororientales que integran el Grupo Orográfico Nipe-Sagua-Baracoa.

Casi el 30 por ciento de las variedades endémicas de la flora cubana se encuentran aquí, se trata de unas 930 especies que crecen en las más de 200 mil hectáreas terrestres y marinas de las Cuchillas del Toa, último refugio de gran cantidad de vertebrados endémicos y en peligro de extinción. Entre ellos el Almiquí, el Carpintero Real, el Gavilán caguarero, la Cometa cubana e incluso grandes poblaciones de manatíes.

En este increíble paisaje cubano el visitante encontrará la mayor concentración de selvas tropicales pluviosas del archipiélago cubano. Un ecosistema altamente estimado por su biodiversidad, y catalogado por el ilustre naturalista Antonio Núñez Jiménez como “un paisaje de tipología amazónica único, y el mejor preservado del Caribe Insular”.

Debemos tener en cuenta que se trata de la zona de Cuba menos habitada y, por lo tanto, la más conservada del archipiélago. Dentro de su territorio se encuentra el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Patrimonio Natural de la Humanidad, el cual tiene más de la mitad de su área poblada de pinares e increíbles bosques, así como arrecifes coralinos y manglares en su litoral. Igual de llamativos para el visitante serán El Yunque, la Gran Caverna de Moa y la Bahía de Taco.

Entre las verdes y empinadas montañas de Yateras se escurren las aguas del Toa, flanquedas por una exuberante vegetación hasta desembocar en el mar al noroeste del pueblo más viejo de toda Cuba, la primera villa fundada por los españoles en la isla, Baracoa.

A este río se unen afluentes límpidos que hacen de su cuenca la mayor reserva de agua potable del país. Más allá de su copioso caudal el Toa se distingue por numerosas cascadas, la más elevada de ellas con 17 metros de altura es conocida como El Saltadero, un verdadero tesoro natural.

Como su cauce permite la navegación por varios kilómetros de distancia, esas bondades son aprovechadas desde tiempos inmemoriales por nuestros primeros habitantes indígenas, y en la actualidad por la escasa población que vive en la cuenca o en las cercanías de las cañadas.

Entre las imágenes más increíbles que podremos encontrar están las de los campesinos oriundos cuando se sirven de barcazas o cayucas para trasladarse a través de las claras corrientes del Toa. Este es el principal medio para el trasiego de los insumos, y productos como el café, el coco y el cacao, renglones típicos de esa intrincada región del oriente cubano.

Precisamente a la cayuca se le considera la reina del Toa, se trata de una barcaza creada por nuestros ancestros aborígenes y construida en la actualidad por manos expertas que emplean maderas como el cedro, el najesí o la majagua, las cuales deben cortarse durante el menguante lunar para asegurar su durabilidad y ligereza.

Igual de admirable será encontrar la imagen de las lavanderas, mujeres que llevan hasta allí sus prendas de vestir y con el agua a la altura de las rodillas la golpean con paletas de madera hasta enjuagarlas en la corriente y dejarlas bien limpias en tendederas criollas.

Sencillamente se trata de un lugar increíble, al cual, solo de describirlo nos gustaría volver. Invitamos al visitante a perderse entre los exuberantes senderos y meandros de esta reserva de la biosfera llamada Cuchillas del Toa.